La esencia de la rica tradición histórica y cultural de León se materializa en el nuevo Museo La 21, “Tradiciones y Leyendas, Coronel Joaquín Arrechavala”, que será inaugurado por la alcaldía municipal. Este museo, ubicado en la escena de los crímenes de la antigua cárcel La 21, presenta la historia de represiones y torturas desde su fundación en 1921.
Doña Carmen Toruño de García, con 82 años de edad, impulsora de este proyecto, ha dedicado ocho años a la recopilación e investigación de personajes de leyendas leonesas. Su museo, fundado en 1993 en su hogar, ha evolucionado hacia esta nueva instalación que preserva parte del aspecto original y escrituras de los presos.
Doña Carmen Toruño: Custodia de Leyendas
La creadora del museo, Doña Carmen, fiel a la tradición de La Gigantona y El Pepe, da vida a sus personajes con recursos propios y creatividad. Las ocho salas del museo, antiguas celdas, albergan tradiciones como La Yegüita, La Gigantona, y el Toro Huaco, así como leyendas como La Cegua, la Llorona, el Padre sin Cabeza y la Carreta Nagua.
Las cuatro celdas más pequeñas expondrán la historia de personajes involucrados en crímenes, como Oliverio Castañeda, según el director de la Casa de Cultura, Jacinto Salinas. La inauguración será guiada por la réplica de Doña Carmen y el Coronel Joaquín de Arrechavala, el nombre del museo.
El Coronel Joaquín de Arrechavala: Una Leyenda sin Descanso
La leyenda del Coronel Joaquín de Arrechavala, enviado a Nicaragua por el rey Carlos II de Borbón, narra que, tras su muerte a los 95 años, su alma no encontró descanso. Recorriendo las calles con su látigo, castigaba a quienes intentaban atraparlo. La capilla del museo, remodelada, honra al padre Mariano Dubón por su labor caritativa.
Un Recorrido por el Pasado: La “Caminata del Guardia”
Los visitantes podrán explorar la “Caminata del Guardia”, donde los militares vigilaban la mazmorra sobre un muro protegido con varillas de hierro. Construida en 1921, La 21 fue utilizada para torturas durante el régimen somocista y quemada en 1979 durante la guerra de liberación.
Este museo no solo recoge las tradiciones y leyendas de León, sino que también preserva el recuerdo de los lamentables sucesos que tuvieron lugar en La 21, brindando a las nuevas generaciones la oportunidad de conectar con su pasado cultural y histórico.
Preservando el Legado y las Voces Silenciadas de La 21
El Museo La 21 se erige como un guardián de las tradiciones y leyendas de León, pero también como un testigo silente de los oscuros capítulos de tortura y represión que marcaron la historia de este lugar. Doña Carmen Toruño de García, con su incansable dedicación, ha dado vida a un espacio que honra el folclore leonés y, al mismo tiempo, rinde homenaje a las víctimas que sufrieron en la antigua cárcel.
Las ocho salas, antiguas celdas que testificaron los horrores del pasado, cuentan la historia de personajes como La Yegüita, La Gigantona y el Toro Huaco, pero también rememoran las leyendas de La Cegua, la Llorona, el Padre sin Cabeza y la Carreta Nagua. En cada rincón, las paredes conservan escrituras impresas por los presos, testimonios mudos de un tiempo marcado por el sufrimiento.
Doña Carmen: 82 Años de Creatividad y Pasión
Con 82 años de edad, Doña Carmen encarna la esencia misma de la perseverancia y la pasión por preservar las raíces culturales. Desde la fundación de su museo en 1993 en su hogar, hasta la creación de este nuevo espacio en La 21, ha dedicado décadas a la investigación y creación artística, dando vida a figuras legendarias que han cautivado a turistas y estudiantes curiosos.
La “Caminata del Guardia”: Travesía por la Historia
Los visitantes tendrán la oportunidad de recorrer la “Caminata del Guardia”, reviviendo los días en que los militares vigilaban la mazmorra desde un muro fortificado. Este paseo por la historia refleja la dura realidad que enfrentaron los reclusos políticos durante el régimen somocista, una memoria que La 21 custodia con respeto.
La Capilla y el Legado de Mariano Dubón
La remodelación de la capilla, donde se encuentra la imagen del padre Mariano Dubón, destaca el compromiso caritativo del religioso con los niños abandonados, ofreciéndoles refugio en el hospicio San Juan de Dios. Esta parte del museo subraya la dualidad de La 21, que no solo fue un escenario de sufrimiento, sino también un espacio donde se gestaron gestos humanitarios.
