Martli-xotchil Acal-xubj, la diosa de la Barranca
El Sacrificio de la Pureza
La diosa de la Barranca Martli-xotchil Acal-xubj, la azucena pura del Tenderí, llora en silencio. Su cuerpo, cual gota de rocío en una hoja de danta, se agita ante el dolor de ser profanada por los ojos de Tezic, un valiente guerrero sin ascendencia divina. Aunque amado, Tezic es un mortal, y la pureza de Martli-xotchil Acal-xubj debe ser preservada para honrar a Xipaltomal, la diosa virgen.
El Destierro a la Barranca
El cacique Necuderit, conocedor de la pasión prohibida, convoca a los ancianos. La pena es clara: el destierro. Martli-xotchil Acal-xubj, la «Vieja de la Barranca,» partió hace siglos hacia Masaya, llevando consigo el pesar del amor truncado.
Esplendor y Vejez en la Barranca
El Tiempo que Pasa
Desde entonces, la leyenda se teje en la Barranca. Martli-xotchil Acal-xubj, doncella consagrada, envejece pero es agraciada con momentos de juventud por Xipaltomal. Vigila desde la cima, llorando armonías divinas. Los elegidos la ven, a veces hermosa, a veces aterradora, guiando o castigando con su presencia.
Frente al Abusivo Conquistador
En la llegada de los conquistadores, Martli-xotchil Acal-xubj llora por Nindirí. Luchadora en la sombra, la «Vieja del Monte,» manipulada por obispos, se convierte en Martina. Testigo del saqueo y la conversión forzada, llora la pérdida de sus dioses ante la avalancha cristiana.
Medardo Ñurinda «El Jugado»
El Regreso de lo Perdido
Medardo Ñurinda, el cipote haragán, desaparece y regresa tras un «encantamiento» en La Barranca. La Martina lo transforma, enseñándole sabiduría. Descubre que los bueyes llorones son víctimas convertidas por un anciano codicioso, Reucindo Solano.
El Extraño Reucindo Solano
El anciano Solano, patizambo y avaro, esconde un oscuro pacto con La Martina. Los bueyes llorones, humanos convertidos, trabajan sus tierras. A su muerte, se convierte en ánima en pena, dejando riquezas enterradas.
Ella Vive, es la Inolvidable
La Promesa de Resurrección
Martli-xotchil Acal-xubj representa la promesa de resurrección. Para los ancianos, su regreso marcará el renacer de Abya-yala. Con la llegada de Quetzalcóatl, la tierra será fértil de nuevo, y Martli-xotchil Acal-xubj vivirá eternamente entre los suyos.
El Cerro Encantado
Ancianos cuentan que La Martina vive, su leyenda es la promesa de un futuro renacer. Las versiones difieren, algunos la buscan en vano, mientras otros afirman que solo los elegidos pueden verla. La Barranca sigue cantando sus armonías divinas, y la historia de Martli-xotchil Acal-xubj perdura en la memoria de Nindirí.